Avatar 2" llega a los cines el miércoles con una triple ambición: superar al primer opus, el mayor éxito de la historia de la taquilla mundial, desmentir la muerte del cine en las salas y dar vida a una saga tan mítica como "La guerra de las galaxias".
Trece años después de "Avatar", que recaudó casi tres mil millones de euros, "Avatar: La forma del agua" se traslada a la estrella Pandora, a años luz de la Tierra, para una fábula de ciencia ficción de tono ecológico.
La primera marcó un paso decisivo en el realismo de las imágenes digitales y, una vez más, los decorados, la riqueza de los mundos y la precisión de las imágenes, incluida la renderización digital del agua, son el punto fuerte de esta película. Desdibujando la línea entre imágenes "reales" y generadas por ordenador.
Rodada por primera vez en 3D, la película dura 3 horas y 12 minutos. Contrariamente a las predicciones de James Cameron, "Avatar" no ha permitido imponer ampliamente en el cine las imágenes en 3D, que requieren el uso de gafas especiales. Pero el director se aferra a esta tecnología.
El cineasta, acostumbrado a hacer sudar a sus productores con sus enormes proyectos, puede permitirse cualquier cosa: muchas de las escenas de "captura de movimiento", fase en la que se filma a los actores sobre un fondo neutro, se rodaron bajo el agua. Para la ocasión se construyó una piscina gigante.
En cuanto a la trama, los supervivientes del primer episodio, el héroe Jake Sully (Sam Worthington), ahora totalmente Na'vi, la especie autóctona azul, y su compañera Neytiri (Zoe Saldana), han formado una gran familia, que vive en armonía con el bosque.
Sigourney Weaver, cuyo personaje científico no sobrevivió al primer episodio, está de vuelta... En la piel de un adolescente. Los humanos, que han destrozado la Tierra y buscan un planeta de reemplazo, desembarcan a bordo de una nave repleta de robots de guerra para apoderarse de este pequeño paraíso manu militari.
La naturaleza se vengará de ellos. "Los humanos son los malos. Representan nuestro lado malo", declaró James Cameron a la AFP, inspirándose en la cuestión de los refugiados climáticos.
Empatizamos con los Nava, que representan nuestro lado bueno (...) Son nosotros, aunque no se parezcan a nosotros, con su color azul, sus orejas (puntiagudas), su rabo".
Sabiéndose perseguido, Jake se refugia con su familia y amigos en otra tribu, adaptada a la vida marina, y liderada por Ronal (Kate Winslet, que volvía a Cameron tras "Titanic"). ¿Serán capaces de superar sus diferencias para expulsar al enemigo humano de su mundo?
Mitología
Fascinado por las máquinas y los robots (las dos "Terminators"), la ciencia ficción ("Aliens, el regreso") y el medio acuático ("Abyss", "Titanic"), James Cameron parece combinar aquí todas sus obsesiones.
Este nuevo "Avatar" ya no carga con el dialecto Na'vi, en gran parte evacuado en favor del inglés, ni con las conexiones para integrar el cuerpo Na'vi: ya no hay "avatares", sólo coexisten humanos, Na'vis y sus híbridos.
A la trama de la primera parte, la película añade una dimensión mitológica, con complejos vínculos entre padres e hijos, que sugieren la ambición de crear una saga tan lucrativa como "La guerra de las galaxias" de George Lucas, modelo máximo del cine de ciencia ficción.
Cameron y Disney ya han rodado secuencias de la tercera entrega y planean un Avatar cada dos años al menos hasta la quinta, en 2028.
Hay que decir que James Cameron nunca ha sufrido un accidente industrial: "Titanic" (2.200 millones de dólares de recaudación) fue durante mucho tiempo la película más rentable de la historia del cine, antes de "Avatar".
"El estreno de la película es una gran prueba para la industria cinematográfica mundial", declaró a la AFP Eric Marti, director general de Comscore Francia. "Durante dos años, fue sólo para las plataformas. Para las salas de cine, este estreno es "El Imperio Contraataca": la reafirmación de la primacía del cine" sobre todos los demás canales de distribución, añade este especialista.
¿Superará "La forma del agua" a la primera? El éxito de una secuela nunca está garantizado, trece años después. Pero el reciente triunfo de "Top Gun: Maverick", 30 años después, da esperanzas.