Un periodista y su padre fueron asesinados a tiros el lunes en Tegucigalpa, lo que eleva a cinco el número de periodistas muertos desde el comienzo del año en Honduras, según el Comité por la Libertad de Expresión de Honduras (C-Libre, independiente).
Edwin Josué Andino, de 23 años, recibió un disparo en la cara a quemarropa, dijo a la AFP Amada Ponce, directora de la ONG de libertad de prensa.
Antes de dispararle, sus asesinos le amordazaron con cinta adhesiva, un modus operandi en los asesinatos de periodistas en México que simboliza el deseo de "silenciar" a la prensa, añadió Ponce.
La policía dijo en un comunicado que "individuos vestidos con uniformes similares a los de la (policía militar)" sacaron al padre y al hijo de su casa en el barrio de Villafranca, al oeste de Tegucigalpa, y les dispararon con armas de fuego.
Raúl Morazán, director del canal de televisión LTV, para el que trabajaba desde hacía dos años, dijo que Andino no había sido amenazado antes de su asesinato.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras condenó en Twitter los dos asesinatos e instó a las autoridades a "establecer sanciones concretas contra los responsables ».
La institución ofreció "apoyo técnico a las autoridades en la búsqueda y aplicación de medidas estructurales sostenibles para proteger a quienes defienden los derechos humanos y ejercen el periodismo".
"Es el quinto periodista asesinado en Honduras desde principios de año", y el 98º en veinte años, si sumamos periodistas, directores de medios de comunicación y empleados de prensa, ha declarado la Sra. Ponce.
Honduras está considerado como uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, según las organizaciones de defensa de la libertad de prensa. Más del 90% de los asesinatos de periodistas quedan impunes.
Con una tasa de unos 39 homicidios por cada 100.000 habitantes, cuatro veces la media mundial, Honduras se encuentra también entre los países más peligrosos del mundo fuera de las zonas de conflicto.