«No hay más margen de maniobra para México y Canadá. Los aranceles son un hecho. Entran en vigor mañana (martes)», aseguró Donald Trump a los periodistas en la Casa Blanca.
Washington, Ottawa y Ciudad de México siguen negociando para detener definitivamente el flujo de fentanilo, un potente opioide responsable de la muerte de decenas de miles de personas en Estados Unidos.
Donald Trump ha criticado a Canadá, México y China por no combatir el tráfico con suficiente eficacia.
Para obligarles a actuar, a principios de febrero impuso derechos de aduana del 25% a todos los productos canadienses y mexicanos, a pesar de estar teóricamente protegidos por un acuerdo de libre comercio firmado durante su primer mandato, antes de suspenderlos durante un mes, satisfecho con los gestos iniciales de Ottawa y Ciudad de México.
Tras las declaraciones de Donald Trump, la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, calificó los aranceles de «amenaza existencial» para su país, donde «miles de empleos están en juego». «Si Estados Unidos decide lanzar su guerra comercial, (...) estamos listos para contraatacar», advirtió.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ya ha asegurado que México tiene «un plan A, un plan B, un plan C y un plan D» contra estos nuevos impuestos.