La actriz Shannen Doherty falleció el sábado 13 de julio tras una batalla contra el cáncer. A los 53 años, la actriz que protagonizó las series Beverly Hills 90210 y Embrujadas había planeado todo antes de su muerte. Ella misma habló de ello en su podcast «Let's Be Clear». Junto con su familia, la estrella había ultimado todos los detalles, desde su funeral hasta su herencia: «No quiero que me entierren. Quiero que mis cenizas se mezclen con las de mi perro y mi padre. También quiero que sirvan para plantar un árbol en Malibú, donde pasé tantos momentos maravillosos con mi padre». Su padre falleció en 2010 a los 66 años tras una larga enfermedad.
Siguiendo con el tema de su funeral, Shannen Doherty también había confiado que no quería que ciertas personas estuvieran presentes. «Hay algunas personas a las que no quiero allí. Sólo vendrían porque es políticamente correcto, y quiero librarme de esa presión. Tampoco quiero que la gente llore o asista a la ceremonia y piense en secreto: 'Menos mal que por fin ha muerto'», dijo, sin dar nombres.
En cuanto a su patrimonio, la actriz también se ha ocupado de la distribución de sus bienes. Tiene 7 sobrinos y un hermano, Sean. Según los medios estadounidenses, se repartirán 5 millones de dólares y una villa en Malibú valorada en 6 millones de dólares. La actriz no tenía hijos.