La fiscalía del estado de Guanajuato, en el centro de México, ha reducido a 11 el número de muertos en un atentado contra una fiesta en la localidad de Salvatierra.
El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó el asesinato de "crimen atroz". Ocurrió el domingo en la hacienda San José del Carmen, que habitualmente se alquilaba para fiestas y donde se habían reunido un centenar de jóvenes antes de Navidad.
El domingo, las autoridades informaron de que once personas habían muerto en el lugar de los hechos y otra falleció más tarde en el hospital por heridas de bala.
"Se ha establecido que esta duodécima (víctima mortal) no estaba relacionada con los hechos", dijo la fiscalía en un comunicado el lunes.
El atentado también dejó 14 heridos.
Según la información inicial facilitada por la fiscalía, algunos hombres intentaron sin éxito entrar en la fiesta.
"A continuación regresaron acompañados de otro grupo de personas que portaban armas de fuego, momento en el que se inició un tiroteo contra los participantes, con daños causados por el incendio de varios vehículos", añade el comunicado.
Los autores no han sido identificados y se desconoce si pertenecen a alguna de las bandas que operan en Guanajuato, uno de los estados más violentos de México, con 3.029 asesinatos registrados a 15 de diciembre, según cifras oficiales.
La zona, que alberga un próspero centro industrial, se ha convertido en escenario del conflicto entre el grupo Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco - Nueva Generación, dedicado al narcotráfico y al robo de combustible, entre otros delitos como el secuestro y la extorsión.
Según el consultor de seguridad David Saucedo, basándose en las declaraciones de los familiares de las víctimas, uno de los organizadores del evento fue objeto de un intento de extorsión por parte de una organización criminal, lo que podría ser un posible móvil del atentado.
"Se negó a pagar (...) y trasladó los hechos a otro lugar, a esta misma hacienda", declaró el domingo a la AFP, señalando que la zona está controlada por el cártel de Santa Rosa de Lima.
Según cifras oficiales, desde diciembre de 2006, cuando el gobierno federal lanzó una polémica ofensiva militar contra el narcotráfico, más de 420.000 personas han muerto en el país, la mayoría víctimas de actos delictivos.