Joe Biden endurece su política de inmigración. A pocos meses de las elecciones presidenciales estadounidenses, en las que se juega su reelección, el presidente demócrata firmó el martes 4 de junio una orden ejecutiva por la que se cierra temporalmente la frontera de Estados Unidos con México a los solicitantes ilegales de asilo.
El texto, que entró en vigor el miércoles 5 de junio, impide conceder asilo a los inmigrantes que hayan entrado ilegalmente en Estados Unidos cuando su número supere los 2.500 al día durante un periodo de siete días consecutivos, como ocurre actualmente. Según la Agencia France-Presse (AFP), el decreto también facilita las deportaciones a México, salvo raras excepciones.
El Presidente estadounidense afirmó que estas nuevas medidas ayudarán a "recuperar el control" de la frontera con México, donde un número récord de personas huyen de la pobreza en Centroamérica y Latinoamérica. También ayudarán a "restaurar el orden en el proceso" de solicitud de asilo, dijo en un discurso en la Casa Blanca.
Según la Casa Blanca, los solicitantes de asilo podrán volver a entrar en el país en cuanto su número descienda a 1.500 al día.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) no tardó en reaccionar al anuncio, declarándose "muy preocupado". "Las nuevas medidas impedirán que muchas personas necesitadas de protección internacional se beneficien del asilo, y se quedarán sin una opción viable de seguridad", comentó en un comunicado.
Pedimos a Estados Unidos que respete sus obligaciones internacionales e instamos al Gobierno a que reconsidere estas restricciones, que socavan el derecho fundamental a solicitar asilo", prosigue la agencia de la ONU, asegurando su disposición a apoyar a Estados Unidos en "sus esfuerzos por reformar a fondo" los controles fronterizos y el sistema de asilo.
A cuatro meses de las elecciones presidenciales, Joe Biden está dando un empujón a la derecha, ya que la inmigración se ha convertido en un tema clave en la campaña entre el demócrata y su predecesor republicano Donald Trump. Todas las encuestas muestran que este asunto pesa mucho en sus posibilidades de reelección en noviembre.