Joe Biden en México: inmigración, drogas, comercio y Brasil de fondo

Joe Biden en México: inmigración, drogas, comercio y Brasil de fondo

Joe Biden inicia el lunes en México conversaciones sobre inmigración, narcotráfico y comercio, pero el presidente estadounidense, que se proclama el gran promotor de la democracia en el mundo, también tendrá en mente los acontecimientos de Brasil.

 

Acude a la capital mexicana para participar en la cumbre de líderes de América del Norte, que reúne a Estados Unidos, México y Canadá.

 

El primer día del demócrata de 80 años en Ciudad de México estará dedicado principalmente a la relación bilateral, a veces muy fresca, con el jefe de Estado mexicano Andrés Manuel López Obrador.

 

Este último -que el año pasado infligió una bofetada diplomática a Joe Biden al rehuir una cumbre que éste organizaba en Los Ángeles con líderes latinoamericanos- le recibirá en una ceremonia seguida de una reunión bilateral.

 

El presidente estadounidense ya tuvo un gesto con su homólogo al aterrizar el domingo por la noche el Air Force One en un nuevo aeropuerto cerca de la capital, un proyecto muy querido por Andrés Manuel López Obrador.

 

Éste acudió a darle la bienvenida en persona. A continuación, los dos hombres subieron a la limusina blindada de Joe Biden, "La Bestia".

 

El presidente estadounidense, que acudió el domingo a la frontera entre Estados Unidos y México, sabe que tendrá que contar con las autoridades mexicanas en este tema políticamente muy peligroso para él.

 

El presidente estadounidense dice que quiere arreglar un sistema de inmigración "roto" de forma "humana", pero su administración anunció en particular un plan para restringir el derecho de asilo que tiene en pie de guerra a los grupos de derechos humanos.

 

"Nuestros problemas en la frontera no surgieron de la noche a la mañana", tuiteó Biden tras su llegada.

 

Y no se resolverán de la noche a la mañana. Pero podemos unirnos para arreglar este sistema roto", añadió.

 

Las llegadas de inmigrantes a la frontera sur de Estados Unidos alcanzaron niveles récord a finales del año pasado.

 

Washington espera que el fenómeno crezca aún más cuando finalice una medida de restricción sanitaria decidida por Donald Trump, y actualmente en el centro de una batalla judicial.

 

Con "AMLO", Joe Biden también quiere hablar del narcotráfico y en particular del fentanilo.

 

Esta droga sintética extremadamente potente es responsable de la inmensa mayoría de las sobredosis en Estados Unidos.

 

El gobierno de Biden ya ha saludado la sangrienta detención el jueves en México de un "traficante clave de fentanilo", Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante "Chapo" Guzmán, que cumple cadena perpetua en Estados Unidos.

 

Por la noche, los presidentes estadounidense y mexicano se reunirán con el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, en una cena a la que también asistirán sus cónyuges.

 

Los "tres amigos", apodo con el que se conoce a este formato diplomático que reúne a los líderes de los tres países norteamericanos, vinculados por un acuerdo de libre comercio, volverán a reunirse el martes.

 

Tras un paréntesis de cinco años, Joe Biden relanzó la cumbre tripartita recibiendo a sus homólogos en noviembre de 2021 en la Casa Blanca.

 

Esta vez, en Ciudad de México, intentarán encontrar un terreno común en materia de producción de energía y política industrial.

 

Los planes del presidente mexicano, paladín de la soberanía energética, a favor de las empresas públicas del sector, hacen rechinar los dientes en Estados Unidos y Canadá.

 

Los grandes planes de Joe Biden para impulsar la producción estadounidense de coches eléctricos preocupan a sus vecinos.

 

Aunque el tema no está oficialmente en la agenda, parece claro que los disturbios en Brasil, donde los lugares de poder han sido saqueados por partidarios del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, estarán en la mente de los tres líderes.

 

Y en particular en la de Joe Biden. El presidente estadounidense ha prometido liderar la gran lucha mundial entre democracias y autocracias.

 

Ya ha condenado esta violencia "indignante", que se produce casi dos años después de otro atentado: el del Capitolio en Washington, perpetrado por los partidarios de otro presidente derrotado, Donald Trump.

Regresa