Los asesinatos de periodistas quedan impunes en México

Los asesinatos de periodistas quedan impunes en México
La organización Reporteros sin Fronteras ha registrado 11 asesinatos de periodistas y 27 desapariciones en 2022 en México, el año más mortífero para los medios de comunicación.
 
El 11 de enero de 2023, sólo liberaron a dos de los tres periodistas secuestrados el Boxing Day, según Reporteros sin Fronteras. Desgraciadamente, este triple secuestro no es una excepción en un país donde la libertad de expresión está condenada al silencio. 
 
Las malas noticias se acumulan en México, un país clasificado entre los más peligrosos del mundo, especialmente para los periodistas. En 2022, el número de homicidios en México registra un ligero descenso del 7,1%, con una media de 85 asesinatos diarios. Sin embargo, este mismo año es también el más mortífero en cuanto a crímenes contra periodistas. Según cifras de la oficina de RSF para América Latina, en 2022 se registraron al menos 11 casos de asesinato y 27 periodistas siguen desaparecidos. A pesar de las movilizaciones contra la violencia hacia los periodistas que se celebran cada año en el marco de la lucha contra el narcotráfico, éstos siguen siendo desprestigiados y asesinados. Los principales objetivos son los profesionales de la información regional que denuncian las actividades ilegales de los cárteles.
 
Las medidas contra la delincuencia, que implican la militarización de los estados, se enfrentan a dos de los mayores males de México: la corrupción y la impunidad. ONG como la Comisión Mexicana para el Desarrollo y la Promoción de los Derechos Humanos deploran la falta de una fuerza policial bien entrenada y supervisada de forma independiente para garantizar la seguridad interna y la ausencia de un sistema de justicia fiable.
 
En 2006, el presidente Calderón, ante el deterioro de la situación de seguridad del país, lanzó una ofensiva militar contra las drogas y los cárteles. Esta política ofensiva acabó en fracaso. Desde 2006, según cifras oficiales, se han registrado 340.000 homicidios. Desde su elección, el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador ha querido reformar la lucha contra el narcotráfico y "no responder a la violencia con violencia", adoptando el enfoque "abrazos, no balazos". Hace un mes, uno de los capos más poderosos del narcotráfico, El Chapo, que actualmente cumple cadena perpetua en Estados Unidos, dijo que sufría "tormento psicológico". AMLO, que ha declarado su objetivo de impunidad cero, dijo que quería estudiar el tema de la repatriación, afirmando que "siempre debemos mantener la puerta abierta cuando se trata de derechos humanos ».
 
Desde hace más de una década, el país atraviesa una verdadera "crisis de los derechos humanos" con, en palabras de la ONU, un índice de impunidad del 98%. Y los periodistas siguen siendo el blanco de una sociedad incapaz de condenarlos. El año pasado, tras el asesinato de dos periodistas en Tijuana en menos de una semana, AFP puso de manifiesto la fragilidad del mecanismo de protección de los periodistas. Aunque el presidente había anunciado un refuerzo de su protección, no podemos sino deplorar, una vez más, la ineficacia de las medidas adoptadas.
 
El aumento del número de periodistas desaparecidos o asesinados plantea interrogantes sobre los autores de esta violencia. ¿Grupos organizados? ¿Las autoridades regionales? ¿Autoridades nacionales? Las pistas se entrecruzan y hasta la fecha no se ha resuelto ningún caso relativo a crímenes contra periodistas. Los homicidios se confunden entre las acciones de los carteles y las de las autoridades cuyo papel, paradójicamente, es garantizar la protección civil. Hacen de México un país de todos los peligros, y no sólo para la prensa.
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