¿Qué mal golpeó el 17 de diciembre a Salvatierra, un pequeño pueblo anónimo del estado de Guanajuato, en el centro de México? ¿Por qué fueron masacrados allí los jóvenes que celebraban el periodo prenavideño? ¿Matanza indiscriminada? ¿Relaciones con el narcotráfico? México, acostumbrado a los homicidios (más de 30.000 al año), sigue conmocionado una semana después de esta tragedia. Analizamos lo sucedido.
El 17 de diciembre, un grupo de jóvenes se reunió en la hacienda San José del Carmen, que suele alquilarse para fiestas, en Salvatierra, una localidad de 90.000 habitantes. Estaban allí para una "posada", las reuniones que marcan la proximidad de la Navidad en México. Visiblemente felices de estar juntos, un centenar de ellos posan para una foto. Entre ellos, una antigua reina de la belleza, un adolescente, un músico...
Entonces llegó el horror. Algunas personas llegaron al lugar y abrieron fuego. El balance es muy elevado: 11 muertos, de edades comprendidas entre los 16 y los 36 años, y 14 heridos.
Según el Ministerio Público de Guanajuato, unos desconocidos intentaron entrar por la fuerza en la fiesta, pero el grupo les pidió que se marcharan. El grupo regresó entonces, acompañado de hombres armados con pistolas. "Fue entonces cuando empezaron a disparar", según el fiscal, añadiendo que se dispararon 195 balas. Una teoría de la "venganza" que "no es suficiente" a ojos del propio presidente, Andrés Manuel López Obrador.
El experto en seguridad David Saucedo, contactado por la AFP, sugirió que uno de los organizadores de la fiesta era víctima de extorsión por parte de grupos criminales.
La región de Salvatierra está controlada por el cártel local de Santa Rosa de Lima, que lleva a cabo secuestros y tráfico de combustible y drogas. Y Santa Rosa de Lima compite por el territorio de Guanajuato con el más violento de los cárteles mexicanos, Jalisco Nueva Generación. Aún no se ha establecido ningún vínculo con el narcotráfico.
La difusión de una foto de estos jóvenes sonrientes poco antes de la masacre conmovió a todo el país. El perfil de las víctimas hizo pensar en una violencia "indiscriminada", según el editorialista Jorge Zepeda Patterson, del portal de noticias El País. La masacre sugiere que esta violencia "puede afectar a cualquiera", y que "convierte a nuestros niños en una población de riesgo, sometida a la ley del azar", resume.
Pero también hay que considerar la reacción del Presidente. López Obrador fue criticado tras responder "sí" a la pregunta de si el consumo de drogas podía explicar la masacre de estos once jóvenes. Su reacción sacó a relucir la cuestión de la "revictimización", término utilizado en México para describir los comentarios que dañan el honor de las víctimas.
Dos semanas antes, había relacionado el asesinato de cinco estudiantes en el mismo estado de Guanajuato con el hecho de que estaban comprando droga a un traficante "en un territorio que pertenecía a otra banda ».