México: el Presidente impulsa una cuestionada reforma judicial justo antes de su marcha

México: el Presidente impulsa una cuestionada reforma judicial justo antes de su marcha
En México, el muy popular presidente en funciones Andrés Manuel López Obrador se prepara para dejar el poder. Dentro de un mes, el 1 de octubre, le sucederá Claudia Sheinbaum, elegida en junio sobre una plataforma de continuidad. En el poder, se beneficiará de una mayoría absoluta en el Parlamento obtenida en esas mismas elecciones. Durante este mes, el Presidente ha aprovechado la oportunidad para impulsar una serie de reformas controvertidas.
 
En México, un tour de force sacude la transición política con el regreso del Parlamento a sesiones este domingo 1 de septiembre, informa nuestra corresponsal en Ciudad de México, Gwendolina Duval. Entre las medidas más delicadas que se espera apruebe la nueva Asamblea está la reforma del poder judicial, que se discutirá en los primeros días de septiembre. Se trata de una revisión completa del sistema de justicia mexicano. Esta reforma ha sido buscada durante varios meses por el Presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de reducir la corrupción dentro del sistema de justicia. Incluye la elección de magistrados por votación popular. Esta medida, cuyos detalles aún no están claros, requerirá un cambio en la Constitución.
 
Esta reforma es una de la veintena de proyectos de ley que el presidente saliente está impulsando antes de dejar el cargo. Ahora no tiene obstáculos en su camino, ya que la nueva Asamblea y el Senado son de los colores de Morena, su partido, así como de sus aliados, el Partido Verde y el Partido del Trabajo.
 
Aunque también cuenta con el apoyo de la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, esta medida de fuerza es contestada por el personal judicial, mientras que la oposición política lucha por reconstituirse. En la actualidad, los «ministros» de la Suprema Corte son nombrados por el Presidente, previa ratificación del Senado, y los jueces y magistrados son designados por un órgano administrativo, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF). En un país que registra unos 30.000 homicidios al año, la justicia adolece de una gran ineficacia que conduce a la impunidad, según la ONG Impunité Zéro: «de cada 100 infracciones, sólo 6,4 son objeto de una denuncia, de las cuales el 14% se esclarecen. Esto significa que la probabilidad de esclarecer un delito cometido en nuestro país es del 0,9%».
 
El domingo, miles de estudiantes de Derecho, abogados y magistrados se manifestaron en Ciudad de México. Entre los primeros de la procesión de estudiantes de Derecho, José Luis Cruz sostenía una pancarta en la que había escrito que su futura profesión era servir al pueblo, no a los políticos.
 
La forma de gobernar de Andrés Manuel López Obrador en su último mes de mandato tampoco está gustando en el extranjero. Estados Unidos y Canadá han expresado su preocupación por el riesgo de estas reformas. El proyecto de reforma judicial ha provocado una de esas crisis a las que México y Estados Unidos están acostumbrados en su intensa y estratégica relación bilateral, que incluso es vital en varios ámbitos (comercio, seguridad, migración, tráfico de armas). 
 
Un «riesgo» para la democracia en México, una «amenaza» para el tratado de libre  comercio que une a Canadá, Estados Unidos y México, oportunidades para los narcotraficantes ante jueces sin experiencia: el muy político embajador de Washington en la Ciudad de México, Ken Salazar, hizo su declaración más fuerte contra la reforma en tres años en México. La reforma «amenazará la relación comercial histórica que hemos construido, que se basa en la confianza de los inversores en el marco jurídico de México», subrayó Joe Biden, mano derecha del Presidente de Estados Unidos y ex miembro del Senado estadounidense y de la administración Obama.
 
En 2023, México se había convertido en el mayor socio comercial de Estados Unidos, por delante de China. Denunciando la «intromisión» del embajador en los asuntos internos de México, AMLO puso fin a su «buena» relación con Ken Salazar, pero no con la administración estadounidense.
 
La reforma inquieta a los empresarios en un momento en que la economía mexicana pierde fuelle. En el mercado de divisas, la moneda mexicana se acerca al umbral simbólico de un dólar por 20 pesos, tras haber cotizado entre 16,5 y 18 pesos durante varios meses.
 
El banco local Invex dijo en un informe que esto era consecuencia directa de los «efectos perniciosos» de la propuesta del gobierno. El banco de inversión Morgan Stanley recomendó a sus clientes reducir su exposición a las empresas mexicanas que cotizan en bolsa.
 
Fiel a su estilo, Andrés Manuel López Obrador recibió estos comentarios con desdén, asegurando que provienen de los cómplices de quienes critican a su gobierno. «No podemos tomarlos en serio», concluyó.
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