México: un amargo 30 aniversario para los zapatistas de Chiapas

México: un amargo 30 aniversario para los zapatistas de Chiapas
1ᵉʳ En enero de 2024 se celebra el 30ᵉ aniversario del levantamiento del EZLN - Ejército Zapatista de Liberación Nacional en francés. El movimiento está celebrando actualmente treinta años de existencia en la Selva Lacandona, en el sur de México, con los líderes y artistas del movimiento y visitantes de México y del extranjero. Treinta años después del primer levantamiento indígena, y tras varios años de relativo silencio por parte de los dirigentes, ¿cuál es el estado de la resistencia zapatista, una de las cunas del altermundismo?
 
Simpatizantes de México y Europa están invitados a los festejos en la selva, a cuatro o cinco horas en coche de San Cristóbal de las Casas, epicentro de la insurrección de 1994.
 
A modo de recordatorio, el 1ᵉʳ de enero de 1994, cuando entró en vigor el tratado de libre comercio NAFTA en Norteamérica, las solitarias poblaciones indígenas de Chiapas, una región pobre y remota, unidas en torno al movimiento zapatista (liderado en aquel momento por el famoso Subcomandante Marcos) declararon la guerra al Estado mexicano para exigir los mismos derechos que los demás ciudadanos y demostrar su oposición a las políticas liberales del país.
 
El movimiento zapatista ha experimentado recientemente algunos cambios importantes, como señala nuestra enviada especial Gwendolina Duval. Una reestructuración interna que, según los dirigentes, debería permitir a la organización adaptarse a los retos de la lucha por el reconocimiento y la autonomía de los pueblos indígenas en México.
 
Los antiguos consejos autónomos desaparecieron, dando paso a otras formas de gobierno colectivo, como los caracoles, que siguen existiendo pero están cerrados al exterior hasta nuevo aviso. Los zapatistas quieren experimentar nuevas formas de organización, sobre todo en lo que se refiere al uso comunal de la tierra y la no propiedad. El objetivo es mantener el movimiento en un contexto de violencia creciente en Chiapas y en todo México.
 
Todavía negándose a transformarse en partido político, aunque han intentado lanzar un candidato para las elecciones presidenciales de 2018, los zapatistas encarnan un movimiento social que se alza contra la pobreza, la desigualdad y las diversas formas de explotación, ya sea de las personas o del medio ambiente.
 
La organización siempre ha sido muy crítica con el Estado mexicano, señalando sus carencias. Hoy más que nunca, los zapatistas denuncian los abusos de los gobiernos locales, minados por la corrupción y el caos que reinan en toda la región. También denuncian los grandes proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, lanzados en nombre del desarrollo del sur de México (el tren turístico maya y el tren interoceánico).
  
En noviembre, en un comunicado, los zapatistas denunciaron el "caos total" en Chiapas y la amenaza del "crimen desorganizado": "hay bloqueos, asaltos, secuestros, extorsiones, reclutamiento forzado y tiroteos". Los dos principales cárteles mexicanos, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, se disputan la región, según todos los observadores. Hombres armados con pasamontañas, presentados como miembros del cártel de Sinaloa, desfilaron entre aplausos en un pueblo de Chiapas, según un vídeo difundido el pasado mes de septiembre.
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