El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, volvió a pedir el viernes a Estados Unidos que destine más dinero a prevenir la inmigración irregular, después de que 39 migrantes murieran en un incendio en un centro de detención de Ciudad Juárez.
Los estadounidenses quieren resolver "los problemas sociales con el solo uso de la fuerza y no atienden las causas", dijo el presidente mexicano durante su conferencia de prensa diaria, antes de su llegada prevista para el mediodía a Ciudad Juárez, en el norte de México, en la frontera con Texas.
Recordó que su país había gastado 100 millones de dólares en programas sociales en El Salvador, Honduras y Guatemala, lo que, según dijo, había contribuido a evitar la salida de emigrantes hacia Estados Unidos.
Asegura que ha pedido constantemente a Washington que haga lo mismo, en vano: "Ni con el presidente Trump hemos logrado este objetivo, ni ahora con el presidente Joe Biden ».
El jefe de Estado mexicano reconoció, sin embargo, que un programa de visados temporales adoptado por el Presidente Biden había permitido reducir "considerablemente" el flujo de migrantes.
Cinco personas han sido detenidas en México en el marco de la investigación por "homicidio" de la muerte de 39 migrantes bajo control federal el lunes por la noche.
El incendio se declaró cuando al menos un migrante prendió fuego a los colchones en protesta por una posible expulsión.
El personal de seguridad del centro -funcionarios y guardias de seguridad- no hizo nada por abrir la celda, según la fiscalía.
Entre los fallecidos hay 18 ciudadanos de Guatemala, siete de El Salvador y Venezuela, seis de Honduras y uno de Colombia.
También resultaron heridas 27 personas, algunas en estado muy grave.